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Capítulos 5 y 6

 Nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué, derrota de Hunbatz y Hunchoén:

Llegó el día del nacimiento de Hunahpú e Ixbalanqué, su abuela no los vio nacer. Ellos lloraban mucho, así que la abuela dijo que los durmieran afuera; entonces Hunbatz y Hunchoén los pusieron sobre un hormiguero y luego sobre las espinas, esperando que murieran  a causa de la envidia que sentían, pero no murieron. 

Los muchachos se criaron afuera, porque Hunbatz y Hunchoén se negaban a recibirlos en casa. Ellos se entretenían tirando con cerbatana, no eran amados por su abuela ni por sus hermanos y eran los últimos en comer, a pesar de que ellos traían el alimento, pero ellos no se quejaban, ni peleaban, sufrían en silencio porque estaban conscientes de su condición.

Un día, Hunahpú e Ixbalanqué llegaron a casa sin pájaros. Le dijeron a su abuela que los pájaros se habían quedado trabados en un árbol y que necesitaban la ayuda de sus hermanos para bajarlos. Cuando Hunbatz y Hunchoén se subieron al árbol, quedaron trabados; Hunahpú e Ixbalanqué los convirtieron en monos por todo el sufrimiento que les habían causado. Los muchachos volvieron a casa y tocaron la flauta para que volvieran sus hermanos, al verlos la abuela, se rió de ellos, entonces Hunbatz y Hunchoén volvieron al bosque después de haber intentado regresar cuatro veces.


Sin Hunbatz y Hunchoén, Hunahpú e Ixbalanqué se encargaron de la labranza. Con trucos y astucia engañaron a su abuela, labraron la tierra y se ganaron el alimento, pero al siguiente día toda la labranza estaba desecha. Entonces los muchachos decidieron investigar quién les había desordenado el terreno y descubrieron que era un ratón, iban a matarlo, pero el ratón tenía algo importante que decir, les contó a los muchachos que las cosas que sus padres utilizaban para jugar estaban en la casa y que su abuela no se las mostraba porque por ello habían muerto sus padres. Entonces alejaron a su abuela y a su madre de la casa para obtener las cosas y poder jugar pelota.


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Capítulos 10 y 11

 La casas de Xibalbá y la cabeza de Hunahpú: Hunahpú e Ixbalanqué entraron a la casa del frío, no murieron porque hicieron una fogata con leña. Los señores de Xibalbá esperaban que murieran, al verlos vivos se admiraron. Entraron a la casa de los tigres y  a la casa del fuego, salieron ilesos.  Entraron a la casa de los murciélagos "Camazotz", ahí Hunahpú fue decapitado. Ixbalanqué tuvo que colgar la cabeza de Hunahpú sobre el juego de pelota por orden de los de Xibalbá, mientras ellos se regocijaban por lo ocurrido.  Ixbalanqué llamó a todos los animales y les dio a escoger su comida. La tortuga llegó de último, de repente, tomó la forma de la cabeza de Hunahpú, bajaron varios sabios del cielo para darle forma  y al amanecer ya podía hablar.  Los muchachos engañaron a los de Xibalbá en el juego de pelota y por fin los vencieron, pasaron por mucho pero no murieron. 

Capítulos 6 - 9

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